29 de noviembre de 2016

Síndrome de Estocolmo


Continuando con nuestro apartado de salud mental, hoy hablaremos del síndrome de Estocolmo.
Debe su nombre a un atraco ocurrido en Suecia, Estocolmo, en los años 70, donde un grupo de rehenes estuvieron retenidos durante una semana y comenzaron a tener cariño por sus secuestradores. En el momento de testificar en contra de sus secuestradores se negaron mostrando una gran empatía hacia ellos.

Por lo tanto definiremos el síndrome como una enfermedad psicológica donde el rehén desarrolla una relación de empatía por su secuestrador. El rehén además se involucraría con el secuestrador ayudándolo incluso a escapar de la justicia o a cometer futuros delitos. Diversos estudios dicen que este síndrome es utilizado por el secuestrado como un mecanismo de defensa para salir ileso de la situación. En un secuestro el rehén pierde totalmente el control de la situación y es sometido por su captor, por lo tanto crea un vínculo con él.

Cómo características necesarias para diagnosticar el síndrome tenemos:
1. Las víctimas sienten empatía por sus captores y no odio o rabia.
2. Las víctimas sentirán ese odio hacia los agentes de policía o las autoridades.
3. El cautiverio debe establecerse en un periodo mínimo de varios días.
4. Las víctimas deben de estar en contacto con los captores, deben hablar y tratarse.
5. Los captores no deben de ser violentos con las víctimas.

Cómo ejemplo conocido de este síndrome se habla de Patty Hearst, hija de un millonario que fue secuestrada por una guerrilla, aunque su familia pagó el rescate no se supo nada de ella, se la encontró años más tarde realizando un delito. Se supo entonces que se había unido a la guerrilla de sus propios secuestradores.



Para más información:

No hay comentarios:

Publicar un comentario