Entre las inteligencias múltiples, la inteligencia emocional (IE) se ha reivindicado como fundamental a la hora de afrontar conflictos. Nunca es tarde para aprender a gestionar las emociones, pero educar emocionalmente a los niños y jóvenes es fundamental para prevenir problemas personales, familiares y sociales en el futuro. También es relevante para el desarrollo de actividades profesionales de cara al público.
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Inside Out (2015) © Walt Disney Pictures |
Se ha escrito mucho sobre la inteligencia emocional, pero hoy nos centraremos en el marco teórico de Mayer y Salovey, el más corroborado empíricamente. Los autores establecen cuatro habilidades fundamentales en la IE:
· Percepción emocional. Capacidad para valorar y expresar emociones con precisión.
- Identificar emociones propias, extrañas e inducidas a través de elementos sensoriales.
- Expresar sentimientos y valorar las necesidades que implican.
- Valorar la honestidad de las expresiones.
· Asimilación emocional. Capacidad para generar sentimientos que ayuden al pensamiento.
- Conocer la labor de las emociones sobre el razonamiento.
- Considerar la posibilidad de diferentes puntos de vista inducidos por las emociones.
· Comprensión emocional. Capacidad para comprender las emociones.
- Designar las emociones mediante el lenguaje.
- Comprender emociones complejas y transiciones emocionales.
- Relacionar las emociones y el contexto.
· Regulación emocional. Control de las emociones para el desarrollo intelectual.
- No bloquear estados emocionales "positivos" ni "negativos".
- Reflexionar sobre las emociones y su influencia en uno mismo y en los demás.
- Valorar las emociones en su justa medida.
Ampliaremos los contenidos sobre inteligencia emocional y su influencia en las habilidades sociales.
Para saber más:
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