29 de noviembre de 2016

Inteligencia emocional (II): Las competencias emocionales

Los sistemas educativos de ciertos países están sustituyendo planes de estudio centrados en la memorización de conocimientos por otros orientados a la adquisición de competencias por parte del alumno. Una "competencia" es un concepto más amplio, que podemos definir como la capacidad de aunar conocimientos, habilidades y actitudes para realizar cierta actividad.
Las competencias humanas, al igual que los tipos de inteligencia, se pueden clasificar de múltiples formas. Sin embargo pueden diferenciarse dos grandes grupos: las competencias funcionales -de especialización laboral- y las competencias personales, socioemocionales o, simplemente, emocionales.

Las competencias emocionales se fundamentan en el concepto de inteligencia emocional y se trabajan mediante la educación emocional. Entre estas competencias se hallan:
· Asertividad. Es la capacidad de defender los propios derechos y expresar los propios sentimientos y opiniones respetando los sentimientos, opiniones y derechos ajenos. 
· Empatía. Se trata de la cualidad de identificarse con otras personas y comprender sus sentimientos.
· Resiliencia. Se conoce así a la capacidad de sobreponerse a situaciones adversas. Es posible desarrollar
mecanismos para afrontar situaciones de tensión.
· Motivación.
· Paciencia.
· Responsabilidad.

El control de las emociones es importante para las relaciones sociales y la toma de decisiones en diferentes ámbitos: personal, familiar, laboral... También en el ámbito académico: los alumnos con competencias emocionales presentan una mayor capacidad de concentración y amplían sus conocimientos con mayor facilidad. Por ello es aconsejable tener en cuenta la educación emocional en los hogares y las escuelas.

Más información:
http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:EducacionXXI-2007numero10-823/Documento.pdf

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