8 de diciembre de 2016

Dieta paleolítica


Consiste básicamente en comer exclusivamente como lo hacían los hombres de las cavernas, a base de grasas y proteínas provenientes de carnes y pescados y dejando a un lado todo tipo de carbohidratos y alimentos procesados como pastas o pan. En pocas palabras, alimentarse a base de caza y recolección.

Actualmente se sabe que la esperanza de vida en aquella época era mucho menor de la de hoy en día, de hecho no superaban los 40 años. También se cree que la ingesta excesiva de proteínas y grasas había sido el desencadenante de la evolución del hombre y que las grandes cantidades de almidón y carbohidratos fueron lo que permitieron el desarrollo del cerebro.

Los alimentos permitidos en la dieta son carnes, pescados, huevos, miel, frutos secos, frutas, hojas y raíces de plantas, semillas, hierbas y algunos aceites como el sésamo, oliva o girasol. Sin embargo, algunos seguidores de la dieta rechazan el consumo de todos los tipos de aceite por ser procesados.

Por el contrario, no incluye aquellos alimentos vegetales que no son comestibles sin procesar como los granos (arroz, maíz o trigo), vegetales almidonados (patatas) y azúcares refinados. Prohíbe también las bebidas alcohólicas por la fermentación a la que son sometidas, o los productos lácteos como el queso o yogures.

Llevar a cabo una alimentación de este estilo estabiliza los niveles de azúcar en sangre, reduce el estreñimiento, disminuye el colesterol malo (LDL), aporta gran cantidad de energía, mejora los patrones del sueño… Además de suponer un aumento en la ingesta de minerales, vitaminas y antioxidantes.
La gente seguidora de esta dieta experimenta una bajada de peso a corto plazo y pueden llegar a reducir el riesgo de sufrir enfermedades autoinmunes, además de ser apta para celíacos.

Sin embargo y como muchas dietas, también tiene aspectos negativos. El hecho de dejar la dieta de manera brusca y volver a los hábitos anteriores lleva a una recuperación muy rápida del peso perdido
; el alto contenido en proteínas puede llevar a una intoxicación por estas que consiste en una forma de desnutrición aguda; se puede sufrir un déficit de vitamina D… Además, llevar a cabo este tipo de dieta supone un gasto económico mayor ya que se debe aumentar el consumo de productos frescos y se eliminan los productos baratos y que se conservan durante más tiempo como el arroz o la pasta.

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