19 de diciembre de 2016

Preservativo femenino

Existen muchos tipos de métodos anticonceptivos pero el mejor, sin duda, es el preservativo porque además de evitar embarazos no deseados, es una forma de protegernos frente a la gran diversidad de enfermedades de transmisión sexual que existen. Esto es especialmente importante cuando no hay una pareja sexual estable.

Por ello, el uso de preservativo es un acto de responsabilidad. Una responsabilidad que ya no recae  únicamente sobre el sector masculino. Ya no hay excusas para las mujeres con la existencia del preservativo femenino que cumple las mismas funciones que el masculino.

El condón femenino está hecho de un plástico delgado y fuerte llamado poliuretano. También existe una nueva versión más barata que está hecha de una sustancia llamada nitrilo. Para encajar dentro de la vagina tiene dos anillos, uno en cada extremo, el interior se ajusta sobre el cuello uterino dejandolo cubierto y el exterior se ajusta sobre la vulva.

Estos preservativos no son 100% efectivos al igual que los masculinos. Las razones por las que pueden fallar son exactamente iguales: ruptura, defectos de fabricación...

Ahora bien, el preservativo femenino tiene una desventaja frente al masculino: el precio. Son económicos pero más costosos que los masculinos. Otro de sus inconvenientes es que sólo protege en relaciones sexuales vaginales, y que al no cubrir todas las áreas expuestas tienen una menor efectividad en la prevención de ITS que afectan al contacto piel con piel. En cambio, tienen la ventaja de que se pueden colocar hasta ocho horas antes del momento de la relación sexual, por lo que su colocación no supone una interrupción, y no dependen de la erección del pene.

Es importante tener en cuenta que no se pueden usar preservativo masculino y femenino al mismo tiempo ya que la fricción entre ellos puede provocar su ruptura.

A continuación os dejo un vídeo en el que explican cómo se coloca el preservativo femenino:


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