Una persona que sufre una depresión presenta una tristeza profunda, baja autoestima, desánimo y una pérdida de la motivación incluso ante actividades que antes se disfrutaban especialmente. Junto a la sensación de debilidad e inutilidad, puede haber otros síntomas como ansiedad o un fuerte cansancio. Los pensamientos negativos ocasionan incapacidades para la persona en su vida cotidiana, desde en aspectos concretos hasta limitaciones generalizadas en todos los ámbitos de la vida.
Si una persona piensa que puede estar deprimida debe solicitar ayuda lo antes posible, aunque parezca un paso difícil. No se debe minimizar u ocultar los sentimientos ni recurrir a bebidas
alcohólicas, fármacos sin prescripción médica u otras drogas para evadir
la situación. El abuso de tóxicos puede complicar el diagnóstico del
trastorno y hacer más difícil la superación de la depresión por añadir
otros problemas. Es aconsejable hablar de los sentimientos con alguien de confianza,
como un familiar o un amigo, o también con el médico de familia u otro
profesional sanitario, que podrá diagnosticar la depresión y ofrecer
diferentes opciones para tratarla.
Entre los diferentes tratamientos aplicables ante una depresión están las técnicas de autoayuda, terapia psicológica y, en más casos graves, terapias farmacológicas o electroconvulsivas. Nos centraremos en los hábitos para la autoayuda. Estas medidas son aconsejables para toda persona que esté pasando por una depresión, aunque resultan especialmente útiles en las primeras fases de la depresión y depresiones leves o moderadas:
· Aprender acerca de la depresión, para identificar los síntomas y sus implicaciones.
· Planificar el día estableciendo al menos unos mínimos de actividad.
· Intentar establecer gradualmente unas pautas de actividad física y alimentación saludable.
· Practicar ejercicio físico: establecer rutinas regulares adecuadas a uno mismo, idealmente con un horario establecido y en grupo. Evitar hacer ejercicio físico poco antes de acostarse.
· Dormir con regularidad: Intentar acostarse más o menos a la misma hora cada día, no tomar estimulantes cerca de las horas de sueño y evitar dormir o pasar tiempo en la cama durante el día. Puede ser de ayuda leer o escuchar música o la radio a bajo volumen antes de dormir.
· Aplicar técnicas de manejo del estrés: considerar los problemas por separado, dedicar tiempo a los intereses propios e intentar no ser excesivamente crítico con uno mismo.
· Evitar el consumo de alcohol y drogas.
Si alguien cercano parece estar pasando por una depresión es posible ayudarlo. Es importante permitirle manifestar sus sentimientos y evitar obligarlo a estar más activo, pues la inactividad es un síntoma, no una falta de esfuerzo. Puede resultar muy útil animar a la persona a actividades compartidas y elogiar cada pequeño avance, evitando reproches ante las manifestaciones de la depresión. En caso de acudir a orientación por parte de un profesional sanitario es mejor contar con la aprobación de la persona afectada.
Superar una depresión es posible, especialmente con apoyo de otras personas. Una vez superada es importante seguir identificando los síntomas, puesto que haber pasado por una depresión incrementa el riesgo de volver a tenerla.
http://www.guiasalud.es/GPC/GPC_534_Depresion_Adulto_Avaliat_paciente.pdf
https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/depresion/index.shtml
Sara Fratini |
Entre los diferentes tratamientos aplicables ante una depresión están las técnicas de autoayuda, terapia psicológica y, en más casos graves, terapias farmacológicas o electroconvulsivas. Nos centraremos en los hábitos para la autoayuda. Estas medidas son aconsejables para toda persona que esté pasando por una depresión, aunque resultan especialmente útiles en las primeras fases de la depresión y depresiones leves o moderadas:
· Aprender acerca de la depresión, para identificar los síntomas y sus implicaciones.
· Planificar el día estableciendo al menos unos mínimos de actividad.
· Intentar establecer gradualmente unas pautas de actividad física y alimentación saludable.
· Practicar ejercicio físico: establecer rutinas regulares adecuadas a uno mismo, idealmente con un horario establecido y en grupo. Evitar hacer ejercicio físico poco antes de acostarse.
· Dormir con regularidad: Intentar acostarse más o menos a la misma hora cada día, no tomar estimulantes cerca de las horas de sueño y evitar dormir o pasar tiempo en la cama durante el día. Puede ser de ayuda leer o escuchar música o la radio a bajo volumen antes de dormir.
· Aplicar técnicas de manejo del estrés: considerar los problemas por separado, dedicar tiempo a los intereses propios e intentar no ser excesivamente crítico con uno mismo.
· Evitar el consumo de alcohol y drogas.
Si alguien cercano parece estar pasando por una depresión es posible ayudarlo. Es importante permitirle manifestar sus sentimientos y evitar obligarlo a estar más activo, pues la inactividad es un síntoma, no una falta de esfuerzo. Puede resultar muy útil animar a la persona a actividades compartidas y elogiar cada pequeño avance, evitando reproches ante las manifestaciones de la depresión. En caso de acudir a orientación por parte de un profesional sanitario es mejor contar con la aprobación de la persona afectada.
Superar una depresión es posible, especialmente con apoyo de otras personas. Una vez superada es importante seguir identificando los síntomas, puesto que haber pasado por una depresión incrementa el riesgo de volver a tenerla.
Más información:
https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/depresion/index.shtml
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