21 de diciembre de 2016

Diabetes tipo 2


La diabetes mellitus es un conjunto de enfermedades metabólicas en la que la glucosa en la sangre está muy alta. El tipo más común es la diabetes tipo 2 en la que la insulina resulta ineficaz porque el cuerpo se hace resistente a ella. La insulina es una hormona que ayuda a la glucosa a entrar a las células donde se transforma en energía. Si las células son resistentes a la insulina y no dejan entrar la glucosa, esta se acumula en la sangre y, con el tiempo, esos niveles altos de glucosa en sangre pueden conducir a problemas serios en el corazón, ojos, riñones, nervios, encías y dientes, entre otros.


Los síntomas de la diabetes tipo 2 pueden incluir una sed continua, orinar frecuentemente, sentirse hambriento o cansado, perder peso sin proponérselo, tener heridas que sanan muy lentamente, visión borrosa...


Muchas personas controlan su diabetes simplemente mediante una alimentación saludable, actividad física y controles de glucosa en la sangre. Sin embargo, otras necesitan además recurrir a la farmacología.


El riesgo de padecer este tipo de diabetes es mayor cuando el estilo de vida no es saludable, es decir, cuando la alimentación dista mucho de ser la adecuada y la actividad física diaria es ínfima o prácticamente nula.


Así, para prevenir la diabetes tipo 2, ayuda el mantener una correcta alimentación sin excesos ni carencias y, sobretodo, evitar abusar de los azúcares simples, muy presentes en bebidas azucaradas y bollería. Además, es muy importante realizar al menos media hora de actividad física diaria. Esta media hora no tiene que ser intensa, basta con caminar a un ritmo con el que no nos forcemos pero que sea constante.

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